Francisco Ríos López

Francisco Ríos López nació el mismo año que los juguetes cobraron vida cuando sus dueños se iban, así que desde chiquitito le gusta mucho jugar. Consiguió sus primeros puntos, de sutura, en la ciudad del arte, donde cardo y jazmín son como uña y carne. Dando vueltas por el mapa aprendió a leer y a escribir, unos días por aquí y otros días por allí. Fue a un cole de alpinistas donde descubrió que algún día quería ser artista. Años más tarde desaprendió concienzudamente muchas cosas, rodeado, por suerte, de un montón de rosas. Ya en la Universidad fue cuando descubrió un motivo para madrugar de lunes a viernes: Enseñar con el corazón lo que se aprende con la mente. Actualmente ejerce el magisterio… O lo intenta esos ratitos en los que sus alumnos están atentos. Aunque tampoco dejó de lado su sueño de ser artista, así que a veces se disfraza de escritor, dibujante, cuentacuentos, monitor y cancionista.